Cubo de Cistal de Apple

Cubo de Cristal en el edificio de apple en Nueva York


La tienda más emblemática de Apple está localizada en la Quinta Avenida de la ciudad de Nueva York: su cubo de 90 paneles hechos de cristal sirven de cubierta para una tienda localizada justo debajo de esta cristalera. Dentro de los planes del Departamento de Retails de la compañía, hay un proyecto cuyo objetivo es hacer este cubo más simple.

Cristal – Champagne Louis Roederer

Después de heredar en 1833 la Maison de Champagne adquirida por su tío, Louis Roederer decidió concentrar sus esfuerzos en diversos países, entre ellos Rusia. Poco tiempo después, el propio Zar supo valorar la extraordinaria calidad del Champagne de Monsieur Louis Roederer, enviando cada año al Jefe de Bodega de la Corte a Reims para participar personalmente en la elaboración de su Cuvée personal.

Un día del año 1876, el Zar Alejandro II hizo observar a su sumiller que nada distinguía las botellas servidas en su mesa, envueltas en servilletas blancas, de las que sus invitados podían comprar en los comercios del país.

A partir de entonces, exigió que su “Cuvée” personal se elaborara en botellas de cristal de fondo plano: gracias a este seguro medio de identificación, la botella se distinguía perfectamente de las demás. Así nació el champagne Cristal, presentado en una botella cuyo aspecto no ha variado desde hace más de un siglo, pero que otras marcas de champagne de la época, se aprestaron a imitar sin escrúpulos.
La Revolución de Octubre acabó con el mercado ruso. No obstante, la Maison Louis Roederer decidió continuar la producción de Cristal, que se comercializó en todo el mundo con verdadero éxito. Hoy en día, debido a su producción limitada, es difícil satisfacer toda la demanda.

Torre de Cristal de Madrid

La Torre de Cristal es el segundo edificio más alto de España, por detrás de la Torre Caja Madrid. Tiene una altura de 249 metros, distribuidos en 52 plantas. Su construcción comenzó en 2004 y se terminó el 4 de diciembre de 2009. Las fachadas están cubiertas exclusivamente de vidrio y en el nivel superior, la variación de la planta genera cambios en los cuatro planos de la fachada que ofrece al edificio la apariencia de un cristal tallado.

La primera planta de la Torre de Cristal está a 10 metros de altura y en la zona superior de la torre hay un jardín vertical de invierno cubierto. La torre ha sido diseñada por el arquitecto argentino César Pelli. En el proyecto también participaron los arquitectos Íñigo Ortiz y Enrique León. El edificio se destina íntegramente al alquiler de oficinas.

Uno de los principales atractivos de este edificio es el jardín vertical que se encuentra a 250 metros de altura, con una superficie total de 600 metros cuadrados y más de 24 000 plantas.

En el proyecto inicial, el edificio también contaba con una especie de faro situado en su parte más alta, destinado a iluminar el jardín y que, además, haría visible el rascacielos desde varios puntos de la ciudad. Sin embargo, el Consistorio puso reparos a la iniciativa. Al parecer, según apuntaban fuentes de la compañía aseguradora, el Consistorio temía que el «faro» de la torre pudiese interferir en la seguridad aérea de la capital. Mutua Madrileña entendió en su momento la observación realizada por el equipo consistorial y decidió retirarlo de su proyecto.

La estructura de la Torre recuerda a los obeliscos egipcios aunque, en este caso parece esculpida en un gran bloque de cristal transparente, cuyas caras captan la luz del cielo «como si fuera un diamante tallado». La variedad de los ángulos que delimitan cada uno de los lados da vida y movimiento a la torre a través de la diferente intensidad de luz que éstas reflejen durante todo el día.

Un templo hecho con botellas de vidrio

Situado a aproximadamente 370 millas al noreste de Bangkok está el Wat Pa Maha Chedi Kaew Sisaket templo, apodado Wat Kuan Lad, que literalmente se traduce en “Templo del Millón de Botellas de vidrio”.

Este complejo está realizado íntegramente con botellas vacías: desde el crematorio hasta los baños. Las empezaron a reunir en 1984 y según el abad Kataboonyo “cuántas más botellas consigamos más edificios montamos”.

Aunque aparentemente frágil, las botellas de cerveza son un sorprendentemente eficaz material de construcción: fáciles de limpiar, y sostenible, que deja entrar la luz y además sus colores no se destiñen.

Cuando empezaron el emprendimiento recibieron donaciones de envases vacíos desde distintas regiones de Tailandia y el complejo se conoció de inmediato como “El templo del millón de botellas”.

La construcción no sólo es ecológica porque recicla una cantidad inmensa de material de desecho sino que además es luminosa y fácil de limpiar. El lugar es actualmente una de las mayores atracciones del sudeste asiático.

Del renacimiento al siglo XVIII

También en Murano surgieron muchos estilos diferentes para lámparas de cristal, aunque fue la factoría de Nevers, en Francia, la que adquirió mayor fama durante el siglo XVII.La práctica del grabado al diamante, técnica de los artesanos holandeses del siglo XVII, lograba elaborados diseños.

Los fabricantes de vidrio de Europa intentaron copiar las técnicas y decoraciones de los venecianos. La información se difundió con el libro El arte del vidrio (1612) de Antonio Neri, y también por los sopladores de vidrio venecianos, pues aunque una ley prohibía a los artesanos vidrieros abandonar Venecia y divulgar los secretos de su arte, muchos se instalaron en otros países europeos. Cada país desarrolló sus imitaciones. La influencia italiana declinó en el siglo XVII, al surgir en Alemania e Inglaterra nuevos métodos para la fabricación de vidrio.

El «cristal veneciano» más antiguo conocido data del siglo XV, aunque el vidrio ya se fabricaba en Venecia desde el siglo X.

Con centro en la isla de Murano, los venecianos dominaron el mercado europeo hasta el año 1700. La contribución más importante fue la elaboración de un vidrio sódico duro y refinado muy dúctil. Conocido como «cristallo», era incoloro, de gran transparencia, muy semejante al cristal de roca. También se hacían en cristal coloreado y opaco. Hacia finales del siglo XVI los vasijas se hicieron más ligeras y delicadas. Desarrollaron un tipo de filigrana de vidrio que sería muy imitada. Consistía en incorporar hebras de vidrio blanco opaco dentro de un cristal transparente, que producía el efecto de un encaje.

El vidrio en la Edad Media

En el norte de Europa y Gran Bretaña continuaron produciendo objetos utilitarios de vidrio. El vidrio común tipo Waldglas (del alemán, ‘vidrio del bosque’) continuó fabricándose en Europa hasta la era moderna. Sin embargo, la producción más importante en este material durante la edad media fueron los mosaicos de vidrio en la Europa mediterránea y las vidrieras en la zona del norte. Los mosaicos se hacían con teselas de vidrio, que se cortaban de bloques de vidrio. En documentos del siglo VI se hace referencia a vidrieras en las iglesias, aunque los primeros ejemplares conservados datan del siglo XI. Las más apreciadas se elaboraron durante los siglos XIII y XIV, principalmente en Francia e Inglaterra.

El vidrio se coloreaba o se laminaba ya coloreado añadiendo óxidos metálicos a la mezcla, y después se cortaba. Los detalles se pintaban sobre el cristal con un esmalte.

Las piezas se sujetaban con varillas de plomo en una estructura de hierro. El arte de la fabricación de vidrieras decayó a finales del renacimiento aunque volvió a recuperarse en el siglo XIX.

El vidrio en los países islámicos, entre los siglos VIII y XIV, tuvo su auge en el Oriente Próximo. La antigua tradición Sasánida de tallado del vidrio fue continuada por los artesanos musulmanes que realizaron vasijas decoradas en altorrelieve, muchas con motivos animales, y con vidrio incoloro de gran calidad con diseños tallados a la rueda. La técnica de esmaltado al fuego y la del dorado incrementaron las posibilidades decorativas, destacando los artesanos vidrieros de Alepo y Damasco. De Egipto proviene el descubrimiento de coloraciones vidriadas con brillantes efectos metálicos, tanto en cerámica como en vidrio. Las lámparas de las mezquitas y otras vasijas de uso cotidiano se pintaron con motivos geométricos propios del islam. Sus formas y decoraciones influyeron en la producción occidental posterior, destacando las de Venecia y España.

El vidrio en la antigüedad

Plinio el Viejo (siglo I), en su Historia Natural, cuenta que unos mercaderes que se dirigían hacia Egipto para vender natrón (carbonato de sodio), se detuvieron para cenar a orillas del río Belus, en Fenicia. Como no había piedras para colocar sus ollas, decidieron utilizar algunos trozos de natrón. Calentaron sus alimentos, comieron y se dispusieron a dormir. A la mañana siguiente vieron asombrados que las piedras se habían fundido y habían reaccionado con la arena para producir un material duro y brillante, el vidrio.

En realidad, el hombre aprendió a fabricar el vidrio muchísimo tiempo antes en forma de esmaltes vitrificados, la fayenza. Hay cuentas de collares y restos de cerámica elaborados con fayenza en tumbas del periodo predinástico de Egipto, en las culturas Naqada (3500-3200 a. C.).

Los primeros objetos de vidrio que se fabricaron fueron cuentas de collar o abalorios.

Es probable que fueran artesanos asiáticos los que establecieron la manufactura del vidrio en Egipto, de donde proceden las primeras vasijas producidas durante el reinado de Tutmosis III (1504-1450 a. C.) La fabricación del vidrio floreció en Egipto y Mesopotamia hasta el 1200 a. C. y posteriormente cesó casi por completo durante varios siglos. Egipto produjo un vidrio claro, que contenía sílice pura; lo coloreaban de azul y verde. Durante la época helenística Egipto se convirtió en el principal proveedor de objetos de vidrio de las cortes reales. Sin embargo, fue en las costas fenicias donde se desarrolló el importante descubrimiento del vidrio soplado en el siglo I a.C. Durante la época romana la manufactura del vidrio se extendió por el Imperio, desde Roma hasta Alemania.

 

Naica. Un viaje a la cueva de los cristales

Una película sobre un lugar extraordinario, otro planeta bajo la superficie del nuestro.

Las Cuevas de NAICA se encuentran en una mina, al sur del estado de Chihuahua, al norte de México. Las cuevas se descubrieron accidentalmente, debido a las actividades de exploración de la mina que, para poder explotar el mineral, requiere extraer agua caliente mediante un complejo sistema de bombeo. Este sistema drenó el agua de las cuevas y -accidentalmente- se descubrió un extraordinario tesoro natural. La Mina de NAICA constituye un sistema geológico particular, que condiciona el mecanismo genético responsable del desarrollo de los macro cristales de yeso.

Los macro-cristales se formaron bajo el agua, en un punto donde el agua termal profunda -a 52ºC saturada de sulfuros- entraba en contacto con aguas meteóricas frías y ricas en oxígeno, que se infiltraban por escurrimiento natural. Esta agua, que no podían mezclarse directamente -debido a la diferencia de densidad- con aquellas profundas y mineralizadas, provocaban la “difusión” del oxígeno en el estrato inferior con la consiguiente oxidación de los iones de sulfuro a sulfato, con una leve sobre-saturación respecto al yeso y por lo tanto una lenta deposición. Estas condiciones singulares, crearon un fenómeno de mineralización extraordinario formando cristales gigantes de yeso purísimo, cuyo tamaño obedece a las condiciones de estabilidad durante un largo periodo de tiempo.

Este sistema, sigue vivo; procesos de cristalización dan origen cotidianamente a pequeñas formaciones de diversos minerales, aún en la superficie. Es un sistema activo, que entre otros depósitos y procesos han llenado las oquedades de la roca caliza, llena de fracturas, con cristales de selenita de magnitudes y formas extraordinarias, dando origen a las famosas Cuevas de Cristales de NAICA.

Son la expresión más extraordinaria de selenita. Por ahora, la suerte ha permitido descubrir cuatro de ellas de características y tamaños únicos, aunque sabemos que son sólo parte de un sistema más amplio del que quizá algún día, nuevamente por una circunstancia fortuita, conozcamos alguna otra.

En 1910 -a 120 metros de profundidad- se descubre la “Cueva de las Espadas”, una cavidad constituida por un corredor de alrededor de 87 metros de largo, tapizada por completo de cristales que llegaban a medir hasta dos metros de largo. De ellas fueron extraídos sus más bellos ejemplares, mismos que hoy se exhiben en los museos mineralógicos más importantes del mundo.

Casi 100 años después, en abril del año 2000, en el nivel -290, se descubren otras tres cavidades naturales: “El Ojo de la Reina”, “La Cueva de las Velas”, y la extraordinaria “Cueva de los Cristales”, un bosque de formaciones de cristal de dimensiones extraordinarias, que se convierte a partir de la fecha en un nuevo marcador geográfico del planeta.

Leonardo Glass Cube

El edificio futurista de cristal

Se trata de un edificio futurista que es la nueva sede de la empresa alemana fabricante de cristales Glaskoch. Su principal marca, “Leonardo”, ha dado nombre a este concepto arquitectónico tan singular y llamativo. Se emplaza a las afueras de la localidad de Bad Driburg en Alemania.

El edificio se encuentra dentro de la corriente arquitectónica que intenta disolver sus obras en el entorno más que hacerlas destacar por encima de él. Diseñado por la firma alemana “3deluxe”, puede albergar hasta 900 personas y está habilitado para usarse como sede central de la empresa y como centro de exposiciones, conferencias y celebración de eventos.

Las cuatro fachadas están realizadas completamente en vidrio de modo que no sólo exista una relación directa entre el interior y el exterior sino que además y vista la obra desde el exterior la fachada refleje el entorno que lo rodea.

La impresionante fachada está realizada con paños de vidrio laminado (de 2×6 metros), de tecnología Dupont SentryGlas Expressions, que permite incrustar en una capa interior del mismo cualquier logotipo o textura corporativo, a la vez que le aporta la seguridad, protección ultravioleta y control acústico y térmico suficientes. En este proyecto el motivo impreso consiste en una nebulosa azulada que se percibe con detalle al atardecer.

El edificio se disuelve poco a poco haciendo que se diluya con el exterior en una progresión que nos hace difícil establecer el límite de donde empieza y dónde acaba. Comenzando por el interior una serie de “columnas” desarrolladas en 3 dimensiones nos hacen recordar a las representaciones de enlaces moleculares o a la composición natural de las pompas de jabón. Estas mismas formas se deslizan sobre la fachada perdiendo una de sus dimensiones pero sin dejar de aludir a su representación interior.

En contraste con el perfecto cubo que forma el edificio a nivel volumétrico exterior en el interior parecen no existir las líneas rectas. Comenzando por las “columnas” que se desdibujan en 4 y 5 brazos hasta llegar a paredes curvas y mobiliario amorfo. Todo revestido en diversos materiales, plásticos y líquidos de color blanco que según quien haya estudiado el edifico pueden resultar de lo más futuristas o por lo contrario recordar a las decoraciones que nacieron alrededor de 1950 tras la introducción de las resinas y los plásticos extruidos e inyectados en la industria del mobiliario.

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Fábrica Cristalchile por Guillermo Hevia

Un edificio con forma de botella


La Fábrica Cristalchile, diseñada por el arquitecto chileno Guillermo Hevia, ejemplifica una construcción verde que destaca la ventilación pasiva y el empleo de luz solar para reducir el consumo de energía del edificio.

La empresa CRISTALERIAS DE CHILE S.A., ha construido la primera etapa de una nueva Planta de Envases de Vidrio de Cristalchile – Llay-Llay de aprox. 27.500 m2 (Industria, oficinas y servicios) en un terreno de 27 Há., a 85 Kms. al norte de Santiago, en la V Región.

El empleo de múltiples tecnologías crea un ambiente conveniente para el funcionamiento y la producción de embotellados de cristal. La construcción ha sido emplazada paralela con el área geográfica a favor de los vientos predominantes, la cual hace que su rendimiento energético sea destacable.

La fábrica incorpora el empleo de tecnología bioclimática, tanto en las edificaciones como en los procesos de producción. La ventilación natural aprovecha los vientos existentes y el aire caliente en el área de producción es expulsado por la azotea.

La temperatura es degenerada por agujeros en las fachadas de cristal y el poder geotérmico que naturalmente es tratado es utilizado en los tubos subterráneos. Este edificio ecológico también confía en la iluminación natural y por estas razones y otras más,  diseños como éstos necesitan ser promovidos alrededor del mundo para un mejor mañana.

Una solución arquitectónica de líneas ondulantes para el edificio principal, con las alturas necesarias para las diferentes áreas (como siguiendo las siluetas de los cerros cercanos, vistos desde la carretera), incorporando la transparencia en las fachadas por el uso del vidrio con serigrafías de color azul y líneas en metal, se incorpora la luz y el paisaje al interior, en contraste con los edificios de Batch House (planta de mezcla) y las Bodegas de productos terminados, que se proponen más cerrados y con texturas en las pieles, dando movimiento a las fachadas, controlando tanto la altura como la longitud de estos volúmenes (imagen con contrastes en el día y la noche) y cuidando las características interiores de los recintos y sistemas de ventilación e iluminación de las distintas áreas.

La imagen del Conjunto queda consolidada frente a la carretera, armonizada con áreas verdes en el frente y el perímetro del terreno, y dejando las sucesivas etapas.

Guillermo Hevia Arquitectos